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LA IMPORTANCIA DE TRAER AL CONSCIENTE LAS EMOCIONES ATRAPADAS

El cuerpo emocional, las emociones, son el nexo de unión entre nuestra parte física y nuestra parte mental. Las emociones se sitúan entre el pensar (del cuerpo mental) y el hacer (del cuerpo físico). Generamos un pensamiento que hace que sintamos una emoción, y a su vez esa emoción nos lleva hacia una acción concreta. Si somos conscientes y aprendemos a modular pensamientos, creencias, emociones y acciones estaremos en coherencia y en el camino hacia la salud, en toda su amplitud.

Hay muchas más emociones que palabras para describirlas. Todas las emociones son útiles para adaptarnos a lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Todas son positivas para nosotros en el sentido de que buscan nuestra adaptación al medio, aunque las connotaciones en algunas de ellas sean negativas y aunque lo que nos hacen sentir algunas no nos guste en absoluto.

No nos gusta estar tristes pero es desde la tristeza desde donde buscamos introspección. Tan necesaria para conocernos íntimamente, para saber quiénes somos, dónde estamos y quiénes queremos ser a partir de ese momento de nuestras vidas. Sin tristeza viviríamos sólo hacia fuera y no superaríamos conflictos, ni tendríamos ningún crecimiento interior. Ésto se puede aplicar a cualquier emoción que cataloguemos como negativa. Por supuesto, no nos apetece nada sentir el dolor que nos produce, pero es desde el dolor, desde donde crecemos y nos proyectamos.

Estamos en un proceso cíclico, experimentamos todo lo que somos para poder sentirnos en toda nuestra amplitud y elegir quién queremos ser a partir de eso.

Tener emociones nos hace humanos. Ninguna emoción es catalogable como buena o mala por sí misma. Lo que nos hace estancarnos es la acumulación de determinadas emociones que se han quedado sin resolver después de haberlas experimentado pero no aceptado o trascendido. Es energía estancada que necesita ser resuelta para que podamos caminar libres. Solemos resonar con las mismas emociones una y otra vez cuando determinada frecuencia se halla atrapada dentro de nosotros, es decir, tenemos más capacidad para sentir la misma emoción cada vez que se presenta alguna situación susceptible de hacérnosla sentir.

Por ejemplo, alguien que tiene rabia no resuelta dentro de sí, cada vez que se presenta una situación susceptible de generar rabia aunque sea mínimamente, esta persona la sentirá de forma mucho más exagerada que alguien que no tenga problemas con la rabia porque no la haya acumulado o porque la haya resuelto. La rabia es una emoción que observo mucho en mis pacientes, de hecho, la rabia está directamente relacionada con dolor cervical.

En Holanda estudiaron la relación entre emociones y dolor. Relacionaron el dolor en distintas zonas de la espalda, cuando no existía patología previa que los justificase, con emociones no resueltas. Según este estudio, el dolor cervical está relacionado con rabia, dolor dorsal alto con ansiedad, dolor dorsal bajo con miedo y dolor lumbar con frustración, todas ellas, emociones no resueltas, no aceptadas o no expresadas de la manera adecuada.

http://journals.lww.com/pain/Citation/1987/00001/When_does_medically_unexplained_pain_loose_its.807.aspx

Con las emociones que consideramos negativas, es muy importante reconocer qué emoción sentimos en el momento en el que la sentimos, para que de esa manera, podamos hacernos conscientes de ella. En el momento en el que somos conscientes de la emoción, ésta se disipa muchísimo. Suele pasar que lo que estamos sintiendo está siendo magnificado porque es el eco de una emoción vivida en el pasado y almacenada en el inconsciente. Al traerlo al consciente, lo podemos racionalizar y así no creará una creencia inconsciente que controlará nuestra vida sin que podamos hacer nada.

Probablemente lo que sientas ahora tenga poco que ver con lo que está sucediendo en el momento presente.

Las emociones son reguladores epigenéticos, hacen que se expresen o que dejen de expresarse genes que influyen directamente en lo que estamos padeciendo. Una emoción que perdura sin ser entendida puede generar una enfermedad.

Una emoción que ha sido acumulada y no resuelta desde hace tiempo, a la larga puede ser muy perjudicial: nos resta calidad de vida porque, entre otras cosas, no nos deja expresarnos como somos realmente, nos merma en muchos sentidos. Cuando podemos expresarnos como somos realmente, sin ataduras emocionales, lo que fluye es el AMOR (con mayúsculas), porque eso es lo que somos, y cuando nos quitamos las máscaras creadas por las capas de emociones no resueltas sólo queda nuestra esencia.

Técnicas como el mindfulness, meditación, EMDR, EFT y otras… nos pueden ayudar a solucionar conflictos que no sabemos cómo zanjar.

Sé sincero contigo, escúchate, saca todo lo que hay por resolver en ti y hazlo de una vez. Cuando lo hagas, podrás comprobar que lo que hay detrás es mucho más de lo que pensabas…

 

Mar Tárraga

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